miércoles, 10 de agosto de 2011

Proteccionismo del siglo XXI

Es una idea sobre la que quería escribir desde hace un tiempo, pero hasta no ver estas declaraciones del ex-presidente de la Reserva Federal no me he decidido. Entremos en materia.



Tras el estallido de la crisis de 1929 (provocado no sólo por la bolsa sino también por un brutal exceso de oferta sobre demanda en bienes) una de las medidas a las que recurrieron los diferentes gobiernos fue el proteccionismo, es decir, el aumentar los aranceles e impuestos a productos extranjeros para proteger la producción nacional; de forma que por más que bajaran el precio de los bienes internacionales la población no tuviera más remedio que consumir los nacionales.

Dejando de lado el efecto que un descenso del nivel de precios podía tener sobre las economías, esta contracción del comercio internacional a través de trabas y aranceles no es más que otra manera de enviarle al mundo un mensaje: que cada uno se salve su culo.


Por suerte este periodo duró poco y tras la II Guerra Mundial los mercados internacionales de bienes se fueron abriendo paulatinamente y la economía creció a pasos agigantados, mitad fruto de la reconstrucción, mitad de la reducción de aranceles.


Ahora vivimos en otro período de crisis, y aparte de la vuelta en escena del acrónimo PIGS ha habido una tendencia por parte de autoridades y medios de ciertos países a atacar indiscriminadamente a otros para desviar la atención de sus propios problemas. La voracidad de esa entidad supraterrenal llamada "Mercado Financiero" ha hecho que más de uno y más de dos haya meado fuera de tiesto cuando menos oportuno era (Merkel) y haya causado estragos en los niveles de prima de riesgo de otros países. Si a eso se le añade la Crisis del Pepino uno no puede evitar preguntarse si hemos vuelto a esa época de proteccionismo. 

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